jueves, 12 de marzo de 2015

"Mal de muchos consuelo de tontos"

Me desespero, aun queda más de una hora pienso mientras miro la hora que refleja la pantalla de mi Smartphone, ¿para qué llevo el reloj en la muñeca? Me pregunto paralelamente mientras vuelvo a mirar el móvil con la esperanza de que los minutos hayan pasado. Otro what’s app, otra llamada y yo sin poder contestarlo, no me queda apenas batería, me frustro mientras intento distraerme haciendo que me interesa algo de lo que el profesor está contando, por un momento consigo distraerme pero de pronto me abordan 3 notificaciones de facebook, y  de instagram, no puedo, tengo que mirarlas y ¿si son importantes?. Sin darme cuenta ya ha pasado esa hora y yo no he escuchado cuando es la fecha del examen, mierda otra vez, me repito mientras cojo mis libros y salgo corriendo de clase, otro día más en el que no me he enterado de nada, la próxima vez apagaré el móvil.


Decidme si soy la única que ha vivido esto, decidme si soy la única que ha estado conectada a facebook, what’s app, instagram o cualquier aplicación o red social durante horas sin darse cuenta, decidme si soy la única que dice vale, miro esto y lo dejo y tres horas más tarde ya tenía el récord en candy crush, 5 grupos nuevos y 2 fotos nuevas subidas y etiquetadas. En ocasiones me planteo si debería ir al médico, quizá tenga un problema pienso, pero luego se me pasa cuando veo que mi problema es un mal extendido, como diría mi abuela mal de muchos consuelo de tontos.

 Somos una generación dominada y no dominada por una máquina que como en las pelis futuristas nos enseñan, no, estamos controlados por un rectángulo de no más de 12 cm, y lo peor es que es un control que nosotros mismos nos ejercemos, porque a mí por lo menos mi teléfono no me habla y me incita a usarlo soy yo solita la tonta que lo coge y desconecta. Las nuevas tecnologías y las redes sociales nos han sumido en una época de borregos, en una época de ovejas tontas y sin personalidad que van de aquí para allá sin ver ni disfrutar nada,  perdiéndonos la mayoría de los pequeños grandes momentos por enterarnos que ocurre en el confín izquierdo del planeta. Y lo que nos ocurrirá es que en el futuro seremos los tontos más  enterados sobre cosas inútiles del mundo, y seremos también aquellos que no hayamos visto como el chico o la chica de enfrente nuestro nos miraba por estar pendientes de todo esto. A veces damos prioridad a la cantidad de “likes” cibernéticos que a la cantidad de momentos que dejamos pasar por estar en ese mundo tecnológico, porque eso es lo que somos prisioneros de la red, prisioneros de un mundo que nos aleja de lo humano.

11 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo. Eso nos pasa a muchos y es lo que tiene estar más pendiente de lo que ocurre en la red de lo que estamos viviendo en ese momento.

    ResponderEliminar
  2. Es la mejor manera de explicar en lo tontos que llegamos a ser. Cuando voy en bus o en tren y veo a alguien leyendo un libro (con sus hojas de papel) me sorprende y a la vez me gusta como alguien intenta evitar en los prisioneros que nos estamos transformando-

    ResponderEliminar
  3. Muy buena reflexión. Me ha encantado.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Cuanta razón! Nos hemos convertido en una panda de memos mentales que necesitan "conectarse" al mundo tecnológico para "desconectar" del mundo social...

    ResponderEliminar
  6. Cuanta razón! Nos hemos convertido en una panda de memos mentales que necesitan "conectarse" al mundo tecnológico para "desconectar" del mundo social...

    ResponderEliminar
  7. Mas pendientes del movil q de la vida!! Triste pero real!!!

    ResponderEliminar
  8. Y lo peor es que algun dia estos dispositivos seran parte de nuestro cuerpo...si , se esta investigando, que miedo

    ResponderEliminar