jueves, 26 de marzo de 2015

Facebook, ese gran amigo


El pasado 30 de enero, la red social Facebook cambió sus condiciones y sus políticas respecto al usuario. En estos momentos, la herramienta social creada por Mark Zuckerberg tiene derecho, según sus políticas, a rastrear cualquier usuario web y dispositivo que vea oportuno, a acceder a la información de los usuarios y a utilizar nuestra foto de perfil para fines comerciales sin aclarar, por supuesto, con qué propósito último.

Con esta introducción, puede parecer que este es un artículo orientado a desprestigiar a Facebook o algo por el estilo, pero nada más lejos. En realidad, su objetivo es despertar un simple espacio de conciencia en la cabeza del lector y, dado el caso, obre en consecuencia. Con unos segundos bastará:

Abramos la pestaña de nuestro ordenador y entremos en nuestra cuenta de Facebook. Ahora preguntémonos, ¿qué imagen queremos dar? O mejor, ¿qué imagen estamos dando? Constantemente se nos ofrece la oportunidad de aportar más datos a cerca de nosotros (trabajo, sitios de residencia, gustos musicales, ideología, etc.) y, claro, cómo vamos a permitir que nuestros contactos, ese saco de personas que nos alegra ver cada vez más lleno, estén al margen de esa valiosa información.

Nos “desnudamos” a conciencia y, en el fondo, nos gusta. Se trata de una necesidad inefable de mostrarnos al mundo como personas que saben de cine, de música o de política y eso no es malo, no, pero cuando regalamos “me gusta” a artículos que no leemos, fotos que no abrimos o vídeos que no terminamos, algo va mal.

No traigo la solución, y no pretendo generalizar, aunque no voy a entrar en señalar los buenos usos de las redes sociales e intenciones didácticas que tienen otras personas quienes seguro no se verán identificadas. Solo aprovecho para mostrar el reflejo de una realidad que, sea el más fiel o no, siempre será otra realidad.


Aquí os dejo un vídeo que se hizo viral hace dos años en el que un supuesto vidente adivina información de las vidas de una serie de personas, quienes no saben que todos esos datos los obtiene de sus cuentas de Facebook. 




lunes, 23 de marzo de 2015

No necesito salir de casa, mi ordenador me lo trae

"Me bajo a la farmacia, ¿te subo tus cremas?". Así empieza el spot publicitario realizado por el primer marketplace en España que permite la compra de productos de parfarmacia on-line. La campaña la protagoniza Concha Cuetos, para los que hemos tenido que tirar de Wikipedia, una actriz española famosa por series como "Farmacia de guardia". A esta pregunta recibe la respuesta de que el pedido ya está realizado por vía web.



Después de ver este anuncio en televisión, me dio que pensar lo peligroso que puede llegar a ser que promocionar productos médicos o similares en medios de comunicación de masas. Es cierto que la empresa anunciadora deja claro en este spot, por medio de unas sutiles letras al pie de la imagen, que no comercia con medicamentos, sino que el cliente solo encontrará productos de parafarmacia. De todos modos, no resulta nada complicado encontrar medicamentos de toda clase en la red, sin tener que acudir a la últimamente tan famosa deep web.

Más allá del peligro que puede acarrear auto medicarse de una forma sistemática para la salud de las personas, el hecho de que sea posible hacer tantas cosas desde un ordenador, es algo que a mí me preocupa mucho. Es posible hacer la compra en la nuestra cadena de supermercados habitual, redecorar nuestra casa o renovar nuestro armario por completo. Ya no salimos de nuestra casa ni para hacer la Quiniela con nuestros amigos porque nuestro ordenador hace tiempo que nos da esa posibilidad.




Es cierto que habrá mucha gente a la que las posibilidades que ofrece la red les ayudará en gran medida en su día a día, pero es necesario concienciarnos de que es importante no sustituir nuestra vida social y cotidiana por pasar más tiempo delante de nuestro ordenador, ya que es fuera de nuestras casas donde tiene lugar la verdadera sociedad.



miércoles, 18 de marzo de 2015

¿Hay futuro para Twitter?

Esta semana Twitter cumplirá nueve años desde su nacimiento, allá por 2004. Hoy en día, y a diferencia de antaño, todo el mundo conoce Twitter y la mayoría de estos tienen cuenta en una de las redes sociales más cómodas y sencillas de todas las que existen. Sin embargo, ¿cuál es el futuro de Twitter? Esta pregunta se la hacen a diario los analistas de la propia empresa norteamericana, pensando en el futuro que se les viene porque, aunque todos pensemos que es imposible que Twitter sea inviable debido a la cantidad ingente de personas que la usan, no es oro todo lo que reluce…

Fuente: Statista


Desde su salida a bolsa todo han sido problemas para Twitter. Antes, al no cotizar, la empresa no tenía la obligación de revelar sus cifras pero ahora, debido a su entrada en la bolsa de valores, debe de hacerlo de forma obligada para mejorar o sostener el precio de sus acciones. Y no acaban aquí los problemas… Como se podrá ver en la próxima gráfica, el número de usuarios activos que se dan de alta en Twitter (para ser usuario activo Twitter considera necesario que el usuario entre al menos en su cuenta una vez al mes. Si un mes ya no entra deja de ser activo y pasa a inactivo) ha menguado sobremanera en los últimos semestres tiempos tanto en Estados Unidos como en el resto del globo.

Además, las diversas empresas que han realizado estudios sobre la red social anuncian que esta evolución no mejorará en los próximos meses. Pero no es el único gran problema de Twitter… Hay otro. Históricamente Twitter ha tenido problemas para incorporar a nuevos usuarios como ya hemos podido ver pero luego está algo aún más complicado: retenerlos. Un estudio, del que también aportaremos gráfica, muestra que, por ejemplo, en 2013 solo el 12,9% de los nuevos usuarios permanecieron al acabar el año. Mucho desertor en Twitter…


Fuente: Wall Street Journal


En definitiva, ¿qué se viene para Twitter? ¿Se está quedando obsoleta la red social que ha mercado tendencia  en los últimos años? Todo está por ver pero, de momento, muchos seguiremos haciendo uso de ella.

jueves, 12 de marzo de 2015

"Mal de muchos consuelo de tontos"

Me desespero, aun queda más de una hora pienso mientras miro la hora que refleja la pantalla de mi Smartphone, ¿para qué llevo el reloj en la muñeca? Me pregunto paralelamente mientras vuelvo a mirar el móvil con la esperanza de que los minutos hayan pasado. Otro what’s app, otra llamada y yo sin poder contestarlo, no me queda apenas batería, me frustro mientras intento distraerme haciendo que me interesa algo de lo que el profesor está contando, por un momento consigo distraerme pero de pronto me abordan 3 notificaciones de facebook, y  de instagram, no puedo, tengo que mirarlas y ¿si son importantes?. Sin darme cuenta ya ha pasado esa hora y yo no he escuchado cuando es la fecha del examen, mierda otra vez, me repito mientras cojo mis libros y salgo corriendo de clase, otro día más en el que no me he enterado de nada, la próxima vez apagaré el móvil.


Decidme si soy la única que ha vivido esto, decidme si soy la única que ha estado conectada a facebook, what’s app, instagram o cualquier aplicación o red social durante horas sin darse cuenta, decidme si soy la única que dice vale, miro esto y lo dejo y tres horas más tarde ya tenía el récord en candy crush, 5 grupos nuevos y 2 fotos nuevas subidas y etiquetadas. En ocasiones me planteo si debería ir al médico, quizá tenga un problema pienso, pero luego se me pasa cuando veo que mi problema es un mal extendido, como diría mi abuela mal de muchos consuelo de tontos.

 Somos una generación dominada y no dominada por una máquina que como en las pelis futuristas nos enseñan, no, estamos controlados por un rectángulo de no más de 12 cm, y lo peor es que es un control que nosotros mismos nos ejercemos, porque a mí por lo menos mi teléfono no me habla y me incita a usarlo soy yo solita la tonta que lo coge y desconecta. Las nuevas tecnologías y las redes sociales nos han sumido en una época de borregos, en una época de ovejas tontas y sin personalidad que van de aquí para allá sin ver ni disfrutar nada,  perdiéndonos la mayoría de los pequeños grandes momentos por enterarnos que ocurre en el confín izquierdo del planeta. Y lo que nos ocurrirá es que en el futuro seremos los tontos más  enterados sobre cosas inútiles del mundo, y seremos también aquellos que no hayamos visto como el chico o la chica de enfrente nuestro nos miraba por estar pendientes de todo esto. A veces damos prioridad a la cantidad de “likes” cibernéticos que a la cantidad de momentos que dejamos pasar por estar en ese mundo tecnológico, porque eso es lo que somos prisioneros de la red, prisioneros de un mundo que nos aleja de lo humano.

martes, 10 de marzo de 2015

Cuatro aspectos fundamentales de las futuras redes sociales

Mucho sabemos de las RRSS del pasado (sus aportaciones, errores, el porqué de su decadencia) y todavía más de las actuales (innovaciones, actualizaciones y formatos). Vivimos tan inmersos en el presente que no nos permitimos echar la mirada a largo plazo.
Por eso, desde aquí les pedimos un favor: cierren sesión en Facebook, salgan de Twitter o no suban esa foto a Instagram y piensen en qué es lo que les gustaría que sus redes sociales favoritas tuviesen dentro de 5 años. Muchas investigaciones sociales y expertos de la tecnología ya se han puesto manos a la obra  y han desarrollado una larga lista de tareas por realizar, de las cuales analizaremos una mínima parte.

  • ·          Mayor acercamiento hacia nuestros gustos

Aunque ya se ha avanzado en este aspecto, las redes explotan una mínima parte del potencial del que disponen. Una de las principales evoluciones de las actuales redes consistirá en aproximar al usuario todo aquello con lo que se relaciona, y desechar lo que no le aporte nada, teniendo en cuenta el cada vez menor tiempo que estamos dispuestos a ocupar a un hecho concreto.
  • ·         Nuevas RRSS más específicas

¿Harto de las redes sociales generalistas? ¿Ya no te aportan nada? Para todos aquellos incomprendidos, Internet ha reservado un espacio exclusivo con los que sentirse de nuevo cómodo y con ganas de más: las redes sociales exclusivamente destinadas a un sector de la población. Ya encontramos los primeros ejemplos, como www.dogster.com (un portal donde compartir y recibir informaciones sobre perros) o www.myouterspace.com, para amantes de la ciencia ficción. Los hay también más inverosímiles, como es el caso de www.ravelry.com/account/login (donde tejedores y tejedoras comparten sus experiencias) o de www.stachepassions.com, cuyo único requisito para inscribirte es ser chico y adorar tu bigote. Un mundo aún por descubrir y que creará quebraderos de cabeza a las grandes empresas del sector.
  • ·         Lo bueno, si breve, dos veces bueno

En apenas una década hemos pasado de querer escribir largos y profundos párrafos en Facebook a disponer y contentarnos con 140 caracteres en Twitter o, más adelante, a escribir únicamente hashtags con palabras cortas en Instagram. Cada vez el usuario quiere escribir, y por supuesto, leer, menos. Se contenta con saber qué pasa en su zona de contacto o interés con el menor número de mensajes posible. Mucho nos tememos que esto seguirá avanzando en este sentido en el futuro, lo que podrá llegar a provocar problemas de los que ya se han comentado en este blog.
  • ·         Del ordenador a los sentidos

Es evidente que los smartphones han supuesto un duro varapalo a los ordenadores en los últimos años. La caída de los productos de este sector (sobre todo del de los ordenadores de mesa) es abrumadora. Y no parece que vaya a mejorar. El futuro nos depara una tecnología en la que el móvil irá relegando su importancia a dispositivos que interactúen con nuestro cuerpo. Ya conocemos las Google Glass, pero objetos como las Oculus Rift (gafas de realidad virtual) o Ritot (reloj inteligente por el que podrás comprobar en tu mano mediante una proyección la hora o cualquier notificación de tus redes sociales) focalizarán la atención en los próximos años.













Ritot, el reloj con el que no tendrás problema en ver la hora

domingo, 8 de marzo de 2015

“Me lo sé, pero no lo sé decir”

El lenguaje es la forma que tenemos de expresar con palabras aquello que sentimos y pensamos, de dar forma a quienes somos cuando nos comunicamos con los demás. Las nuevas tecnologías han supuesto toda una revolución: nos permiten acortar distancias, comunicarnos con gente que está lejos de nosotros, mantener el contacto con gente con la que te cruzaste una vez pero que puede que no vuelvas a ver jamás, recuperar amigos de la infancia... Pero también tiene cosas malas.

Para empezar, el contacto que mantienes con todas esas personas no es del todo real. De hecho todos conocemos a esa persona que a través de las redes sociales es capaz de abrirse a ti, pero luego te saluda con un tímido hola cuando te la cruzas por la calle.

Las nuevas generaciones hemos nacido prácticamente con un ordenador y un móvil entre las manos. Somos los que mejor dominamos las redes sociales. ¡Hasta hemos creado un nuevo “ciberlenguaje”! Un lenguaje pobre, con faltas de ortografía, tendencia a acortar palabras y frases y a reforzar todo ello con emoticonos y símbolos. ¿Y para qué?, ¿buscando inmediatez o ahorrar tiempo?

Estamos perdiendo poco a poco la capacidad de expresarnos. Vamos a acabar quedándonos sin palabras para decir lo que pensamos. Lejos de ser una progresión, las redes sociales no son más que una pérdida de nuestra capacidad expresiva acompañada de un empobrecimiento de la ortografía. Así que no dejemos que esta nueva forma de comunicarnos nos domine, demostremos que somos más complejos que todo eso.

No pretendo decir con todo esto que vivíamos mucho mejor sin todas las novedades que nos traen las nuevas tecnologías, porque no es cierto. Facilitan nuestra vida en gran medida, y no debemos temer a los cambios porque estamos en constante evolución. A saber a dónde llegaremos. Da un poco de miedo pararse a pensarlo. A lo mejor hasta se hacen realidad todas esas películas que hablan sobre un futuro en el cual hemos perfeccionado de tal manera la tecnología, que acaba por dominarnos.

En todo caso, a día de hoy nuestro objetivo tiene que ser aprender a convivir con las TIC pero sin dejar de vivir de verdad. Y es algo que hasta ahora (quitando nuestra manía de querer cargarnos el lenguaje) creo que las nuevas generaciones lo hacemos bien. Nos hacen felices los videojuegos, pero también salir a tomar unas cervezas con los amigos.



"Saber decir" Adela Cortina (http://elpais.com/diario/2011/04/01/opinion/1301608805_850215.html)
Aquí os dejo un artículo muy interesante que habla de este tema.